El Mensaje de Renacer nos da fuerza para añadir a nuestra vida un
sentido más profundo
El perder un hijo no puede significar para una persona nada más que destruirse
y tirarse a morir en el abandono, tiene que ser un imperativo ético, tiene que
ser tan importante, que nos marque el camino, que nosotros queremos seguir, en
su homenaje.
Nació RENACER, no como una necesidad de "curar" tanto dolor, sino
como un despertar espiritual que nos llevó a ver en esta tarea un
homenaje a nuestro Nicolás, homenaje que hemos querido, y siempre querremos,
compartir con tantos otros padres que han decidido hacer de sus propias vidas
un homenaje a esos hijos que tanto nos han marcado con su partida, siempre
prematura para nosotros.
Y ese despertar tiene un solo destino final que es el camino final de
humanización, entonces, la partida de nuestros hijos no habrá sido en vano,
porque dejó en este mundo personas mucho mejores de lo que eran cuando
ellos estaban con nosotros
Trabajamos desde el inicio con el convencimiento que existe en nosotros
una dimensión espiritual y que es, precisamente, en esa dimensión donde
encontraríamos los recursos necesarios para trascender esta verdadera conmoción
existencial.
Este convencimiento surgía desde lo más profundo de nuestro ser; era un
despertar a una nueva y hasta entonces desconocida dimensión de nuestro ser, un
despertar favorecido y estimulado por las palabras de la Dra. Elisabeth Kübler
Ross en "El gran salto hacia la luz", al expresar: "por más
absurdo que pueda parecer, el hecho de perder un hijo puede provocar en
los padres un verdadero despertar espiritual..."
El hombre puede aceptar su destino y todo el sufrimiento que éste
conlleva.
La forma como cada uno cargue con su cruz, incluso bajo las circunstancias más
difíciles, le dará la oportunidad de añadir a su vida un sentido más profundo.
La vida, dice Víctor Frankl, no es un pergamino que deba ser leído,
sino un libro que debe ser escrito, entonces, hay que escribir ese libro, hay
que dejar de entretenerse en leer el pergamino del pasado, hay que decir:
¡Basta! yo no puedo cambiar lo que pasó, no puedo traer a mi hijo de vuelta.
Tengo que mirar hacia el futuro, pues, en el fondo, la tragedia no es perder un
hijo, la tragedia es perder un hijo y no aprender nada de eso, porque,
entonces, su muerte fue en vano, una muerte sin sentido, una muerte absurda.
Como padre tengo la obligación de que no sea de esa manera.
Tengo que aprender qué es lo que puedo hacer de valioso todavía, qué es lo que
puedo aprender de tanto dolor.
Pero solamente cada uno
lo puede cambiar, solamente cada uno puede decidir qué es lo que va a aprender
de esto, o si voy a llorar hasta regar las plantas del jardín, es decir, que el
dolor nuestro y nuestra tragedia sea en vano y no tenga sentido por seguir
mirando hacia atrás pues esto no conduce a ningún lado, vas a quedar
cristalizado como la mujer de Lot, hecha un montón de sal y el resultado final
es que vamos a haber muerto con nuestro hijo y, así, habremos hecho de nuestro
hijo nuestro verdugo.
Ese mensaje, no queremos darlo y el único elemento para no darlo es mi vida y
la manera en que la vivo; no tengo otra cosa, no hay otra manera.
¿Cómo vivo mi
vida?
¿Qué es lo que
hago con tanto dolor?
¿Para qué
sirve este dolor?
Que nosotros sepamos, para una sola cosa, para
hacerte más solidario y ayudar a otra persona a que sufra menos.
Pero si quieres ayudar a otra persona a que sufra menos, no puedes acercarte a
ayudarla y decirle yo también perdí un hijo, ¡Ah! y tengo tantas culpas y
todavía no puedo tal o cual otra cosa…
¿Qué clase de ayuda es esa?
Cuando uno está dispuesto a ayudar a otra persona, tiene que olvidarse de su
propio dolor, tiene que decir yo sé que se puede salir adelante.
El Mensaje de Renacer, nos da fuerza para
añadir a nuestra vida un sentido más profundo, nos da una visión tan maravillosa,
tan fuerte, tan sabia de la vida, que hace que no importa lo que la vida nos
presente a cada instante, vamos a poder y saber enfrentarlo; esa fortaleza que
uno descubre, es la que nos ayuda a seguir viviendo una vida plena de sentido,
no importa lo que ocurra.
Alicia Schneider Berti - Gustavo
Berti
Viernes 26 de abril de 2013
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